viernes, 31 de enero de 2020

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Se trata de una escena “redonda”: Tras la crispación en la casa del doctor Bartolo, donde Rosina es advertida de la mentira que es su amado Lindoro y “como ha vendido su amor al conde de Almaviva”, comienzan unas gotas que, poco a poco, van aumentando su intensidad mientras suena algún relámpago que otro que, al final, se convierte en un diluvio impresionante que, como todo, acaba amainando y que deja en disposición de los espectadores un nuevo escenario que nos va a conducir al feliz final de la ópera. Músicalmente, algunos matices, donde los instrumentos de cuerda y la flauta(a veces junto clarinete y octavino) forman un cuerpo que nos asocia a las gotas de agua, incluso de forma alternada al comienzo y al final) pero en el que los instrumentos de viento metal más el fagot van a incorporar lo que es el elemento eléctrico de una tormenta(en ese momento, los instrumentos de cuerda complementan, dando más sensación de virulencia de la lluvia) y, por tanto, el que nos va a dejar más impacto y una mejor definición del ambiente que se percibe dentro de la ópera en ese momento y, sobre todo, en el corazón de Rosina.

Fuente:

http://operamania.es/momentos-memorables-temporalel-barbero-de-sevilla/


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