
Los acontecimientos del séptimo cuadro son retratados con mayor precisión en la orquestación de Ravel. El concepto de este movimiento es bastante similar a la solución que adoptó en las Tullerías. Ambos cuadros musicales representan conversaciones; aunque en uno de ellos sea física (Tullerías) y en el otro verbal (Limoges). Pensado para representar a "las francesas furiosamente disputando en el mercado", la versión de Mussorgsky parece casi contradictorio con este propósito, porque las “voces” casi siempre se mueven juntos, y el registro respectivo de la mano derecha e izquierda están siempre en estrecha proximidad entre sí. En otras palabras, no se logra ningún sentido de la conversación como disputa. Sin embargo, las medidas de apertura de la orquestación de Ravel de Limoges ofrecen un buen ejemplo de cómo se utiliza la variedad de la orquesta para mejorar el realismo deseado de Mussorgsky. En el arreglo orquestal, se orquestan las distintas secciones de la melodía, no sólo para diferentes instrumentos, sino también para diferentes familias instrumentales, lográndose así el efecto pretendido.
Fuente:Internet
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