
Pero algo sucedió en el anfiteatro romano de Orange, quizá fuera por el propio teatro, ya que Norma en el fondo es una tragedia clásica, o porque se levanto un viento que empezo a agitar las capas y consiguió envolver todo en un pathos mágico y sagrado, o acaso simplemente porque Monserrat Caballé estuvo sublime, los espectadores se sintieron transportados al pasado y partícipes de los misterios antiguos, arrancando en aplausos al final de la interpretación, tal cual se puede comprobar aquí.
Fuente:http://iopera.es/casta-diva/333/
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