viernes, 18 de agosto de 2017

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En este cuadro, Hartmann aparece representado en compañía del arquitecto Vasily Alexandrovich Kenell (1834-1893) y de un guía que lleva una linterna en las catacumbas de París. En el lado izquierdo de la tabla se pueden observar cráneosvpoco iluminados.

El sombrío subterráneo con sepulturas es representado por el sonido simultáneo de dos octavas, a veces fuertemente, a veces dulcemente (eco). En medio de estos acordes, como una sombra del pasado, se eleva la lenta melodía. Acto seguido la música se suspende en un acorde inestable que introduce una nueva parte: En el fondo de un ligero trémolo, en un registro agudo, aparece una pequeña variación del tema de la Promenade en la que el compositor dialoga con el espíritu de Hartmann:

“Es como en el texto latino: el espíritu creativo del difunto Hartmann muerto me lleva, apela a las calaveras, y las calaveras se iluminan.” El diálogo que había empezado en un triste menor va evolucionando poco a poco evolucionando poco a poco hacia un tono mayor, sacando a su interlocutor de la sensación de confinamiento y remarcando el alivio de su relación con el más alla. Acompañando literalmente a Hartamnn a su casa, el compositor terminará el ciclo de cuadros de una exposición con dos obras de tematica rusa.

La segunda pieza, Cum mortuis in lingua mortua, no es sino un paseo, pero un paseo por el mundo subterráneo de las catacumbas. Así, sobre un fondo interpretado por las cuerdas, los oboes y fagotes el compositor nos hace deambular, con esa melodía que conocemos también, por un mundo siniestro. Una melodía que posteriormente pasará a la cuerda grave. Estremecimientos de ultratumba.

Fuente:

Internet


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