jueves, 17 de agosto de 2017

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Hartmann había ofrecido a Mussorgsky dos de sus pinturas: Por un lado “Judío con sombrero de piel” y por otro parte: “Sandomir y el Sandomiriano”. (Sandomir es una ciudad del sureste de Polonia por entonces bajo dominio austríaco y que desde 1860 tenía una importante minoría judía). Estas dos pinturas fueron realizadas por Hartmann en 1868 en Polonia. Stassov recordaba que Mussorgsky alababa mucho la expresividad de estos rostros y que ello le sirvió de base para su pieza. En el título de la obra, los dos personajes se distinguen por su nombre: el de Samuel clásico y europeizado, lo que se refuerza con un nombre germánico que evoca la riqueza (Goldenberg: Montaña de Oro), que se opone al nombre de Schmuyle simple y exótico. Stassov después de la primera publicación cambió el nombre del movimiento por el de "Dos judios polacos, uno rico y otro pobre." En ediciones soviéticos generalmente se titula "Dos Judíos, el rico y el pobre."

Los dos cuadros de Hartmann, que son, de hecho, sólo esbozos, no pretendían en ningún momento alcanzar la expresividad que Mussorgsky ha dado a su pieza. El compositor no sólo ha reunido a los personajes de ambos retratos en uno solo, sino que los empujó a hablar para así revelar su carácter. El discurso del rico aparece seguro de si mismo y equilibrado, con entonaciones autoritarias, moralizantes, y se basa en el juego pesado de la melodía con ambas manos en la octava. Mussorgsky le añadió una coloración vagamente oriental utilizando la llamada escala gitana o húngaro, una escala armónica con una tercera menor y dos segundos aumentada. El discurso del otro personaje a diferencia del del primero, se sitúa en notas altas temblorosas, con notas de adorno, y su voz toma una coloración lamentable y suplicante. Los dos temas son emitidos a continuación en contrapunto, conservando el contraste entre ellos, al mantener simultáneamente dos tonos (re bemol menor y si menor bemol). El movimiento termina con algunas notas fuertes en la octava, significando que, obviamente, la última palabra la tiene el rico.

De algún modo se refleja aquí el latente antisemitismo de la sociedad rusa de la época.

Fuente:

Internet


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