
Jean-Baptiste Lucien Grison, nace en Lens en 1746 y a los 17 años se incorpora al personal de la Catedral en otra ciudad Saint-Omer, donde terminaría ejerciendo la dirección como maestro de capilla, entre 1775 y 1787, después de sesudos años de estudio. En total llego a componer 172 obras conocida, pero no alcanzó ningun tipo de renombre o reconocimiento por ello fuera del ámbito mencionado.
Charles Vervoitte, maestro de capilla de Saint-Roch y presidente de la música sacra de París, desentierra en Saint-Omer una especie de Cantanta, escrita por Grison sobre fragmentos de los coros del Oratorio Esther basado a su vez en la obra homónima de Racine, quedando muy sorprendido al constara que el solo y los coros que formaban la introducción de la cantata eran, con algunas variantes, el tema musical de la Marsellesa, hasta entonces atribuida a Rouget de Lisle.
Lejos de ser una canción revolucionaria, el manuscrito de la cantata intitulado "Stances a la calomnie" fue compuesto en honor de Luis XIV. Jean-Baptiste Grison nunca reclamó la autoría de la obra. Durante el período revolucionario, sus realistas y religiosos palabras podrían conducirlo a la guillotina. Y posteriormente la legitimidad de Rouget de Lisle fue reconocido por la Convención; Grison no se atrevió a desafiar esta decisión, teniendo en cuenta las ideas monarquías que sostenía en el texto.
François Bocquelet, titular del gran órgano de Saint-Omer y profesor de órgano, afirma:
"Cuando oímos el preludio, es exactamente la misma música. Esther está en do mayor, la Marsellesa en si bemol, pero el ritmo es exactamente el mismo y tienen el mismo número de medidas. Nos hace sentir como un copiar y pegar. ¿Grison y Rouget de Lisle podrían haber llegado casualmente a la misma melodía? Es muy poco probable. Conclusión: Rouget de Lisle se inspiro decididamente en la obra de Grison. Los archivos son claras: El oratorio Esther es anterior en cinco años a la fecha de la Marsellesa”.
Paradojas de la historia, Grison acabó su vida en la pobreza y murió en Saint-Omer, el 16 de junio de 1815. Un centenar de años más tarde, las cenizas de Rouget de Lisle entraron en el Panteón de hombres ilustres de París, en un intento por revivir la llama patriótica de la nación francesa durante la Primera Guerra Mundial.
Se ha sostenido también que Grison a su vez pudo basarse en una obra anterior, como podría ser el concierto para piano y orquesta nº 25 de Mozart, de 1786, y este a su vez pudo basarse sobre un tema de la opera La Caravana del Cairo del compositor francés Ernest Modeste Grétry de 1783, o acaso Grisson pudo basarse en una antigua canción alemana Eine Burg ist unser Gott (Una fortaleza es nuestro Dios) y así continuar remontándose en el tiempo, no obstante lo cual la similitud entre la músicaa de Grison y la de Rouget de Lisle es prácticamente total. Se ha sostenido igualmente que la partitura podría tener origen en el compositor austriaco Ignaz Pleyel amigo de Rouget de Lisle, en Carl-Philipp Emmanuel Bach o incluso en Jean-Frédéric Edelmann, que había compuesto un oratorio llamado Esther y hoy perdido en 1782, por lo que el apasionante debate sigue abierto.
No se olvide que era costumbre frecuente en la época que un compositor se inspirara en las melodías de sus compañeros de profesión. Según François Bocquelet, la de la marsellesa "fue una armonía en boga en la época. Muchas canciones populares comienzan con este mismo intervalo. "¿Hay que creer que nada nuevo se crea en la actualidad combinando los mimbres de lo antiguo?
El hito clave en todo caso en la materia continua siendo la publicación en 1886 de un libro de cien páginas, “La canción de la Marsellesa, su verdadero autor” por el escribano y periodista Artur Loth. La obra parte de un estudio histórico de las circunstancias que envolvieron el nacimiento de esta pieza, subraya el anonimato de la pieza en los primeros años de su difusión.
El autor del libro añadía manuscritamente en el original estas palabras:
“Hay causas perdidas de salida ante el Tribunal de la opinión pública, y son las que chocan con hechos universalmente aceptados, o con ideas comúnmente reconocidas. No se vuelve nunca atrás sobre una situación ya consolidada.
Reivindicando para otro compositor la autoría de la Marsellesa no he pretendido hacer cambiar a la opinión pública.”
El nieto del autor del libro ha publicado en 1992 otro libro completando el inicial “La Marsellesa, encuesta sobre su verdadero autor”, parte del cual puede leerse en francés en esta dirección:
https://books.google.es/books?id=y0yO32je-jMC
Fuente:http://www.labeilledelaternoise.fr/2013/10/07/lauteur-de-la-marseillaise-pourrait-etre-un-lensois-jean-baptiste-grison-1169/
http://sicavouschante.over-blog.com/article-la-marseillaise-etc-53791890.html
https://dailynord.fr/2014/05/la-marseillaise-un-plagiat-venu-de-saint-omer/
https://books.google.es/books?id=y0yO32je-jMC
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