lunes, 1 de mayo de 2017

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El texto traducido reza así:

Ten piedad de mí, oh Dios, por tu gran bondad.

De acuerdo con la multitud de tus piedades, elimina todas mis ofensas.

Lávame más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.

Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre delante de mí.

Contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos: que seas reconocido justo en tu palabra, y claro cuando sea juzgado.

He aquí, yo nací en iniquidad, y en el pecado de mi madre fui concebido.

Pero he aquí, que requieres la verdad en lo íntimo, y me haces entender la sabiduría secretamente.

Tú purifícame con hisopo, y seré limpio: Tú lávame y quedaré más blanco que la nieve.

Tú me haces oír hablar de gozo y alegría: como los huesos que han abatido mi regocijo.

No vuelvas tu rostro hacia mis pecados, y saca todas mis maldades.

Hazme de un corazón limpio, oh Dios, y renueva un espíritu recto dentro de mí.

No me alejes de tu presencia, y no tomes tu Espíritu Santo de mí.

O dame la alegría de tu ayuda nuevamente: Y afírmame con tu espíritu libre.

Entonces voy a enseñar tus caminos a los malos, y los pecadores se convertirán a ti.

Líbrame del pecado sanguíneo, oh Dios, Tú que eres el Dios de mi bienestar: Y cantará mi lengua tu justicia.

Tú me abrirás los labios, oh Señor, y mi boca mostrará tu alabanza.

Pues si hubiérais querido un sacrificio, yo os lo hubiera dado: pero no os deleitéis en los holocaustos.

El sacrificio de Dios es un espíritu quebrantado: un corazón contrito y roto, oh Dios, no lo desprecies.

Que seas favorable y benigno para con Sion: para que se edifiquen los muros de Jerusalén.

Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, con los holocaustos y oblaciones: entonces se ofrecen becerros sobre tu altar.

Fuente:

Wikipedia


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