miércoles, 12 de octubre de 2016

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Como ejemplo de lo que es una "Joya escondida de la música clásica" como esta, valgan estos comentarios tomados de un foro de grandes aficionados a la música clásica y sus impresiones al oír la pieza por primera vez:

Un buen día llegó a mis manos un disco de Couperin con piezas para clavecín. Lo coloqué en el reproductor con más curiosidad que impaciencia (el barroco francés no me entusiasma).

Desde el principio todo iba discurriendo con la normalidad habitual en este tipo de obras: placidez, ausencia de sobresaltos y grandes emociones... Sin embargo, notaba que el amigo Couperin me estaba atrapando y que estaba consiguiendo lo que nadie al clave (ni siquiera Bach): que a los quince minutos de audición siguiera tan fresco e interesado en la música como al principio.

Y de repente... me encontré con una de de esas revelaciones milagrosas que tanto nos gustan a los melómanos: una música llena de encanto, "diferente", emocionante y sorprendente. Me sentía como si hubiera encontrado un pequeño tesoro. Me abalancé sobre el disco y repetí la pieza no sé cuantas veces. Su nombre: "Las Barricadas Misteriosas". A partir de ahí, el resto ya no contaba: no dejaba de ser bisutería al lado de una joya. Una joya de apenas dos minutos y medio, una especie de rondeau con un tema que se repite una y otra vez pero que te atrapa con su misterio y melancolía.

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Exactamente lo que siento cuando oigo esa pieza! Su magia es indescifrable, está más allá de las notas, que por demás no son nada del otro mundo. ¡Ah, esta tendría que ser la prueba de que no sólo de esta tosca materia estamos hechos! (Yoda dixit.)

Yo la escuché por primera vez al piano: estaba entre un montón de obrillas y fragmentos en mp3 que un amigo me pasó. Música para no escuchar el silencio cuando uno trabaja de noche ante la computadora. Pero le llegó el turno a las Barricadas y dejé de pensar y de escribir y fui todo oídos, y hubo esa serena melancolía y esa evocación (¿invocación, conjuro?) a héroes antiguos, la conjura de quién sabe qué destinos urbanos. También la repetí una y otra vez, hasta que tuve que salir al patio trasero a tomar el aire de la noche.

Y parecerá extraño o "impuro" tratándose de una obra prerromántica. Pero es que sucede.

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magia más allá de las notas. Es increíble que una pieza tan sencilla, tan repetitiva, tan "fácil", pueda provocar, en cambio, sentimentos tan profundos; que nos hechice hasta el punto de que, cuando termina, queramos oírla una y otra vez.

Da la impresión de que el propio Couperin era de consciente de eso, porque, casi al final, se produce una pausa y parece que la obra ha terminado, pero nos sorprende reemprendiendo la marcha como si hubiera adivinado el pensamiento del oyente ("¡¡quiero más!!").

Pocas obras me dejan en un estado de melancolía semejante después de sonar las últimas notas. Ya ve, lo que no consiguen los románticos lo consigue Couperin con una obra sin pretensiones y... ¡¡¡al clave!!! La magia inescrutable de la música.

Y fíjese qué detalle: en la pantalla de mi ordenador estoy viendo ahora mismo un montón de archivos mp3 dentro de mi carpeta dedicada a la música clásica. Todos están en letras negras, claro, menos...."Les Barricades Mysterieuses", que destacan, no sé por qué, en un precioso color azul. ¿Magia?

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Lo mismo me sucedió a mí. Compre hace años tres CD’s de Naxos con una selección de piezas de clave de F. Couperin, interpretadas por el clavecinista inglés Alan Cuckston, e iba escuchando las piezas sin mayor emoción hasta que de repente sonó la maravilla de las barricadas misteriosas. La escuché repetidas veces, pues parecía "desentonar" con el resto, que no había podido captar mi atención. Se convirtió para mí en "la obra" de Couperin, que escucho periódicamente de esos discos. Comparto, por tanto, tus impresiones.

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Y no faltan en ese foro de internet (Foroclásico) quienes, como el autor de esta página, nada más empezar a escucharla, tuvo la sensación de estar escuchando una canción de música ligera actual, pero compuesta hace tres siglos, cual prueban estas opiniones de ese foro:

Es increíble lo que le ha robado el Folk Estadounidense a Las Barricadas Misteriosas....

En la versión tocada al piano falta solo la voz de James Taylor y tenemos un hit.... Saludos.

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A mí más bien me recuerdan a una buena canción "pop": breve, directa, intimista. Me las imagino perfectamente en el "Tapestry" de Carole King. Un saludo.

Fuente:

http://www.foroclasico.com/foro/archivo/mensajes.asp?f=barroco&idC=W197


(NOTA: Puedes dejar tu comentario al pie de esta página).


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