viernes, 18 de septiembre de 2015

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En un principio la versión original se componía de dos actos y cuatro cuadros, en versión de opéra bouffe. La primera representación tuvo lugar en el Théâtre des Bouffes Parisiens en París el 21 de octubre de 1858 y tuvo 228 representaciones iniciales. Volvió a la escena unas pocas semanas más tarde, después de que el elenco descansase. Para la producción de Viena de 1860, Carl Binder arregló una obertura que se hizo famosa, empezando con su fanfarria encrespada, seguida por una tierna canción de amor, un pasaje dramático, un complejo vals y, finalmente, la renovada música de Can-can. El compositor vienes Carl Binder, añadió a la obertura original el solo de violín de Orfeo del primer acto, que exaspera a Eurídice, y el can-can de los infiernos.

Como compositor, inicialmente Offenbach no tuvo el más mínimo éxito. Sabía que poseía cierto talento para el teatro, pero la Opera-Comique no manifestó interés en él. Offenbach comenzó a progresar sólo con Luis Napoleón y el segundo imperio. Desesperando de la posibilidad de que la Opéra-Comique presentara una de sus obras, decidió comenzar por cuenta propia. “Pensé”, escribió en su autobiografía, “que la ópera cómica ya no estaba en la Opéra-Comique, que la música realmente divertida, alegre e ingeniosa estaba siendo olvidada paulatinamente, y que lo que estaba componiéndose para la Opéra-Comique era en realidad gran ópera en pequeña escala.” Y: “Entonces concebí la idea de fundar yo mismo un teatro musical, en mi visita de la permanente imposibilidad de lograr que otros presentaran mi trabajo.”

De esta manera, el 5 de julio de 1855, Offenbach inauguró Bouffes-Parisiens. El programa inaugural consistía en una pantomima de temas de Rossini y en dos obras compuestas por el propio Offenbach: un idilio sentimental llamado La Nuit Blanche (La Noche Blanca) y una farsa, Les deux aveugles (Los dos ciegos.) Fue más que un éxito. Causó sensación, y Paris entera intentó entrar en el minúsculo Teatro de los Campos Elíseos.

Offenbach trabajaba en dos planos. Era un hábil compositor que tenía talento para crear melodías vivaces. Pero había más: era una personalidad que satirizaba y parodiaba todo lo que se le ponía al alcance de la vista: Meyerbeer, Wagner, la corte, el propio Emperador, el ejército y los políticos. Las sátiras de Offenbach eran tan hábiles e ingeniosas que el propio Napoleón III reía cuando asistía a los Bouffes-Parisiens.

La obra más popular de Offenbach, Orphée aux enfers (Orfeo en los infiernos) constituye formalmente una sátira dirigida contra los dioses del Olimpo. En realidad era un ataque al régimen social francés. La obra obtuvo 228 representaciones y Rossini asistió y dio su sello de aprobación. Lo llamó el Mozart de los Campos Elíseos.

En la obertura de Orfeo en los infiernos, se distinguen varios motivos: Una cita del rondó de la metamorfosis del segundo acto y la bella melodía en la que Eurídice ve la muerte que se le aparece sonriente, en el primer acto. El solo de violín de Orfeo del primer acto y sobre todo el cancán de los infiernos, una de las páginas más celebres de la partitura y también de toda la música ligera.

La obertura original es muy corta, pero el arreglo que hizo Blinder destinado al concierto, está concebido sobre todo como una larga progresión, llena de contrastes, hacia el galop final, danzado con embriaguez por los dioses y los habitantes de las regiones infernales después de la separación de los dos héroes, libres al fin de llevar una vida a su gusto.

Fuente:

Wikipedia

https://histoclasica.blogspot.com.es/2015/04/Johann-strauss-Offenbach.html


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