
La música de Rosamunda fue compuesta por Franz Schubert en 1823 para una obra que resultó un completo fracaso. El manuscrito de la pieza literaria se perdió y la partitura permaneció extraviada hasta que por fortuna, en 1867, Sir George Grave y Sir Arthur Sullivan lo encontraron en una vieja casa vienesa.
En 1823 Schubert proporcionó con la partitura de Rosamunda una obertura, tres entreactos que son casi pequeños poemas orquestales, dos ballets, una serenata instrumental llamada La melodía del pastor, dos solos vocales y seis partes corales. Cuatro de estas obras, un aria para voz sola y tres corales han desaparecido.
La obra literaria, Rosamunda, Fürstin von Cypern (Rosamunda, princesa de Chipre) fue escrita por Wilhelmina Christiane von Chécy (1783 - 1856) en 1823 y estrenada (sólo se ofreció dos noches) en el Theater an der Wien el 2O de diciembre del mismo año, en una función a beneficio de la joven actriz Emilie Neumann, quien fue la elegida para interpretar el rol titular en Rosamunda. La señora von Chécy había llegado a Viena procedente de Berlín para colaborar en la producción de la ópera Euryanthe de Weber, escribiendo el libreto, no muy afortunado por cierto. Es muy probable que Weber previniera a Schubert acerca de las condiciones literarias de esta señora, pero la posibilidad de que alguna de sus obras fuera presentada en público, unida a la intervención de su amigo Josef Kuppelweiser (enamorado de la actriz Neumann) lo inclinaron a aceptar. Su argumento, que se trascribe a continuación, ha sido reconstruido según noticias periodísticas de la época.
El rey de Chipre había muerto cuando Rosamunda, su hija, tenía dos años, y había decretado que se la criara como una pastora hasta que cumpliera los dieciocho. Se acerca la fecha en la cual su identidad le será revelada, pero el gobernador de Chipre, el malvado Fulgencio, alberga sombríos designios con respecto a ella y al trono. Un ciudadano de buenos sentimientos, Albano, escribe una carta pidiendo ayuda al príncipe Alfonso de Candía, que había sido prometido como esposo a Rosamunda en la niñez. Llega el príncipe, a pesar de un naufragio, pero se disfraza para descubrir si Rosamunda es una consorte apropiada, y entra al servicio de Fulgencio. La hija de Fulgencio es capturada por los piratas, y luego rescatada. Cuando Fulgencio se ve rechazado en sus propósitos con Rosamunda, la acusa del rapto y la hace después encarcelar. Ella escapa, pero Fulgencio averigua su paradero y envía a Alfonso a su encuentro, con una carta envenenada, cuyas vaharadas le darán la muerte. Alfonso, disfrazado, descubre que Rosamunda es su verdadera alma gemela. Fulgencio, llega, se entera de que por un accidente ha fracasado su trama del veneno, y envía a Alfonso a que vigile a Rosamunda. Llega otra carta de Albano a Alfonso, y cuando Fulgencio la ve descubre la verdadera identidad de Alfonso, y trata de matarlo. Pero mediante una rápida estratagema manual, Alfonso hace que Fulgencio muera víctima de la misma carta envenenada. Los enamorados se casan, y ascienden juntos al trono.
La tendencia Biedermeier se inclinaba hacia el melodrama romántico y el entretenimiento escapista, con un sesgo hacia la música importada, como la de Rossini, y contra la producción de origen nacional. Esto creaba dificultades a Schubert. Ansioso por escribir óperas, nunca pudo encontrar un texto aceptable, uno que le permitiese profundizar en la condición humana, como había hecho en sus grandes canciones y en sus “ciclos de canciones”. Las críticas no le significaron ayuda alguna; aún cuando su música burbujeara de liviandad y de alegría, tenía un sabor doméstico, de simplicidad y folklorismo, una falta de pomposidad que hizo que los críticos lo considerasen con aire protector.
Los tres entreactos y dos ballets fueron desenterrados en la caza del tesoro de los manuscritos de Schubert, entablada durante muchos años, después de su muerte, y publicados en 1866-67.
En concreto este tercer entreacto, un andantino en si bemol ha quedado en el repertorio concertístico como el entreacto de Rosamunda. Schubert mismo debe haberse enamorado de él, pues usó su melodía principal también en otros de sus trabajos, como el movimiento lento del Cuarteto de cuerdas en la menor, y el Impromptu para piano en si bemol.
En este entreacto las tres afirmaciones de esta melodía están separadas por dos episodios que exhiben a la perfección las "Lágrimas y sonrisas" destiladas por el Schubert de las danzas austríacas.
Fuente:https://www.refinandonuestrossentidos.com/franz-peter-schubert/rosamunda-princesa-de-chipre-op-26-d-797/http://www.foroclasico.com/foro/archivo/mensajes.asp?f=schubert&idC=W54 Wikipedia
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