lunes, 28 de agosto de 2017

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Este concierto para orquesta y solista de clarinete, fue escrito en 1791 para Anton Stadler, un amigo, masón como Mozart, que tocaba este instrumento, una novedad de la época.

El estreno tuvo lugar el 16 de Octubre de 1791, en un concierto que el clarinetista ofreció para su beneficencia en el Teatro Nacional de Praga. La obra fue concebida originalmente para clarinete di basseto, instrumento que llega una tercera más grave que el clarinete ordinario y sobre el que Stadler, con la ayuda de Teodore Lootz, tuvo que realizar las oportunas alteraciones para obtener el registro que Mozart deseaba para la obra.

Es la última obra de carácter instrumental que compuso Mozart.

Se trata de una de las obras de su último año de vida (1791), de una belleza y de una serenidad impresionantes. Es ya un momento en que Mozart parece consciente de su próxima muerte y escribe para la eternidad, lejos de partituras más frívolas que había hecho en otros momentos con afán puramente alimenticio. Ya en esos meses parecía hallar la paz solo cuando se ponía ante el cuaderno pautado y anotaba la música que no dejaba de fluir de su cerebro. Este movimiento suena en la película Memorias de África, cuando en la tienda plantada en mitad de la sabana, Denys Finch-Hatton (es decir, Robert Redford) pone un disco y contempla el atardecer junto a Karen (Meryl Streep).

Fuente:

http://blogs.elcorreo.com/divergencias/2013/01/25/ningun-fin-de-semana-sin-musica-el-concierto-para-clarinete-y-orquesta-de-mozart/


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