domingo, 6 de agosto de 2017

510

En 1983 David Buch público su artículo Two likely sources for Sor's Variations on a theme of Mozart, op. 9, que el tema de Mozart pudo haber llegado a Sor a traves de una popular adaptación Francesa de la opera mozartiana hacia 1801 llamada los Misterios de Isis, o bien más probablemente, le habría llegado a traves de un tema y variaciones denominado "O dolce contento", adaptado a su vez de un aria de las operas la Virtuosa in Puntiglio de Fioravanti (1808) o la Frascatana (1774) de Paisiello.

Otra tesis, la de Sparks en 2010, sostiene que ese tema musical fue popularizado a principios del siglo XIX por la voz de la soprano Angelique Catalani, bajo el titulo "O doce contento" y a partir de un arreglo de Giacomo G. Ferrari, de donde Sor habría tenido probablemente acceso a la parte de piano. Se localizan en google books citas de la soprano interpretando esta pieza ya en 1809 y 1810.

"O dolce concento", "O dolce armonia", y "O Cara armonia" son expresiones de igual significado en italiano.

Tampoco es descartable que se inspirara directamente en representaciones de la propia Flauta Mágica, (Italia 1794, Londres 1819) y de hecho, la melodía Das Klinget so Herrlich fue bastante utilizada por compositores de los siglos XVIII y XIX.

El diccionario de mujeres célebres de Vicente Diez Canseco (Madrid 1844) ofrece una interesante semblanza de esta cantante, la primera soprano de carácter verdaderamente internacional y en sus páginas le atribuye la autoría de este aria (compuesta sobre un tema de la flauta encantada9 y de otra a la propia soprano.

Se reproduce acto continuo por su interés, la reseña completa del referido diccionario sobre esta soprano (páginas 415 y siguientes):

CATALANI (Angélica), famosa cantatriz nació en Venecia á fines del siglo XVIII. En 1794 se hallaba en un convento de Sinigaglia (estados romanos), donde se la habia admitido en consideracion á su hermosa voz. Cantaba en los oficios y el monasterio en retribucion la mantenia y educaba: dicho está que la familia de Angélica no debia ser de las mas acomodadas. Por aquel tiempo el director del teatro de la Fenice en Venecia se encontraba en un cruel embarazo, acababa de abrirle para el carnaval con muy buen éxito y murió la prima donna casi repentinamente. Como era imposible reemplazarla por el momento, se veia obligado á cerrar el teatro. Sin embargo. le dieron noticia de la hermosa voz de Angélica Catalani, se fue al instante á Sinigaglia y despues de algunas transacciones con su pobre familia la sacó del convento y se la llevó á Venecia. Marchesi que cantaba en aquel teatro, dió unas cuantas lecciones á Angélica, la hizo aprender sin saber cómo dos brillantes papeles y al cabo de pocos días, hizo su primera salida en la Lodoiska de Mayer. La hermosa voz de Angélica y la valentia de su entonacion hicieron escusar su inexperiencia en el arte del canto y fue muy aplaudida. Al año siguiente se contrató para el teatro de Lisboa, donde obtuvo tambien muchos aplausos. En fin, su reputacion se extendió pronto por toda la Europa y en 1806 fue á París y cantó en dos conciertos en Saint Cloud el 4 y el 11 de mayo. Por aquel tiempo se invitaba á todos los músicos distinguidos que llegaban á París á hacerse oir en los conciertos del emperador, bajo la condicion expresa de aceptar en dinero una recompensa honrosa y proporcionada á su mérito. Los artistas y principalmente las mujeres rehusaban siempre aquella suma, con la esperanza de verla reemplazada por alguna alhaja, aunque su valor fuera mucho menor, porque un regalo de Napoleon era el objeto de sus deseos y si se quiere de su ambicion. Angélica Catalani no obtuvo este favor y sin embargo fue remunerada expléndidamente: cinco mil francos en dinero, una pension de mil doscientos y la cesion del teatro de la Opera con los gastos pagados para dos conciertos, cuyo producto ascendió á cuarenta y nueve mil francos, tal fue la recompensa que el emperador ofreció á aquella artista por haber cantado dos veces en Saint Cloud. La señora Catalani se casó con Mr Valabregue, pero no quiso usar de otro apellido que el que la habia hecho tan célebre. En 1815 obtuvo el privilegio de la Opera italiana de París y dícese que dirigió por demasiado tiempo aquella empresa para arruinarla, enriqueciéndose ella al propio tiempo á expensas de los artistas. Al final de este artículo haremos una indicacion sobre la fortuna que ha dejado la Catalani, que acaso podrá dar a conocer si eran ó no fundados estos rumores. Desde Paris, donde su talento habia perdido ya casi todo su poder y su crédito, fue á Inglaterra donde halló admiradores apasionados alli hizo una grande fortuna, que se aumentó en sus viajes á Prusia, Rusia y Suecia. En 1825 volvió á Paris y aun se hizo oir, pero sin éxito, su prestigio se habia desvanecido, su canto de fuerza, que veinte años antes fue tan aplaudido entonces, parecia de muy mal gusto y su ejecucion imperfecta, en una palabra, los parisienses habian oido en el intérvalo á la Foedor y á la Pasta y eran ya conocedores. La voz de Angélica Catalani se admiraba no obstante, era un soprano de extension verdaderamente prodigiosa, pues desde el la grave subia hasta el mi y á veces hasta el fa sobreagudo, voz fuerte vibrante y un órgano con que ejecutaba las dificultades mas sorprendentes. Con todo, como se habia presentado en la escena antes de conocer con algun fundamento el arte del canto, solo ejecutaba bien los pasos de brio y no asi los lentos y sostenidos; como actriz era tambien muy mediana. Se la debe la moda de las variaciones en las óperas y cantó las que Rode habia escrito para violin. Compuso sobre un aire de Paisiello el Nel corpiú non mi sento y sobre un coro de La flauta encantada el O dolce concento. La estatura de esta artista era elevada y su figura bella y graciosa se retiró pronto del teatro y no cantaba mas que en los conciertos. Aunque, en efecto, especulase con el talento de los artistas en el teatro italiano de Paris, es indudable que despues se mostró muy generosa, consagrando en diferentes ocasiones su habilidad y su nombre á beneficio de los desgraciados. Se retiró primero á Florencia y despues á Sinigaglia, donde segun hemos visto en los periódicos franceses murió en 1843 á los 63 años de edad, dejando á sus herederos la enorme cantidad de cincuenta millones de reales. No tenemos noticia de que artista alguno haya dejado á su muerte tan colosal fortuna. Para escribir el precedente artículo habiamos tomado notas en el Repertorio de los conocimientos etc y varias colecciones de biografías que se publican en el extranjero. Habia ya comenzado la impresion de este Diccionario, cuando leimos en la Iberia Musical un artículo desmintiendo la noticia de la muerte de Angélica Catalani y copia de una carta dirigida al doctor Peller que insertamos á continuación. Aun cuando no incluimos en esta obra mas artículos biográficos que los correspondientes á mujeres que ya han fallecido, no hemos querido retirar el de la Catalani, ya porque como artista ha concluido su carrera hace algunos años, ya porque su carta modera mucho ó cambia en cuestionable, lo que acerca de esta célebre cantatriz aseguran los biógrafos y periodistas franceses. He aqui la carta: -Qué he hecho yo á la prensa alemana para que me asesine por cuarta vez. A pesar de que tengo sesenta y cuatro años, gozo de perfecta salud y vivo retirada feliz con mis recuerdos. Los periódicos franceses, engañados por los alemanes, han anunciado dos veces mi muerte y los ingleses y españoles una. Desde luego esta noticia ha sido para mí mucho mas placentera que terrible, porque he visto con gran satisfacción los elogios con que me honraban al anunciar mi falsa muerte, pero confieso que si persisten en anunciarla, van á hacerme creer que muero viviendo y hasta llegaré á convencerme de que no pertenezco á este mundo, estando enterrada Por favor, pido que me dejen vivir, mi herencia es muy corta para que sea muy codiciada por mis herederos, pues lo que la prodigalidad de mi marido me dejó, lo he consagrado al arte cuando estaba contratada en el teatro de l opèra italien de París; el producto de los conciertos que he dado lo he dividido con los pobres. El pequeño dominio que habito vale algunos miles de libras esterlinas, esto es lo único que me queda de los millones que la Europa me ha dado. Dejadme gozar esta modesta fortuna y no amargueis los pocos dias que me restan de vida. Tened la bondad de insertar esta carta en vuestro periódico, despues de haberla traducido, contando con la sinceridad de vuestra amiga y servidora Angélica Catalani. Iberia Musical.-

Posteriormente Sor compondría otra pieza, su opus 19, basada en temas de la Flauta Mágica.

Fuente:

https://books.google.es/books?id=XXRYAAAAcAAJ&pg=PA415#v=onepage&q&f=false

Internet

Carlos Valiña


(NOTA: Puedes dejar tu comentario al pie de esta página).


No hay comentarios:

Publicar un comentario

#ffe6f9 p.primeralinea { text-indent: 40px; }