domingo, 7 de mayo de 2017

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Las Canciones y danzas de Frederic Mompou suponen una de las suites más importantes en la vida del compositor. Compuestas entre años tan distantes como 1921 y 1963, estas obras le acompañaron durante toda la vida, y no tuvo preocupación en acabarlas rápido ni con ninguna presión. Su estilo varía de una otra y no tienen muchas características en común salvo la evidente: todas las obras están divididas en dos secciones, una primera o «canción», normalmente más lenta y cantabile, y una segunda o «danza», con inspiración en el folclore catalán y un espíritu más vivo.

El propio Mompou consideró que su obra se podría dividir en tres grupos, en el primero habría que considerar las piezas donde subjetivamente describe la esencia del paisaje rural catalán: Suburbios, Escenas de niños, Fiestas lejanas; En el segundo, las que se inspiran en la naturaleza (oculta y misteriosa se podría decir): Charmes, Cants Mágics, Música Callada; y en el tercero aquellas vinculadas directamente al folklore catalán: Las Canciones y Danzas.

El estilo de Mompou es minimalista, sin muchas voces que recarguen el sonido ni pasajes que requieran excesiva fuerza ni sonidos estridentes del piano. Se basa principalmente en la armonía. Mompou decide en numerosas ocasiones eliminar la separación de compases en sus obras, porque para él la música «no se debe encerrar en compases». Seguramente lo habría hecho en todas las obras si no fuera por la insistencia de su mujer, Carmen Bravo, en que no lo hiciera.

Aunque las Canciones y danzas están inspiradas de forma general en cantos tradicionales catalanes, así como en otras melodías como las cantigas de Alfonso X el Sabio, las dos originales son la canción y danza 5ª y la 6ª, y esta última es la que goza de más popularidad. Comienza con una canción en la trágica tonalidad de mi bemol menor, para derivar en una rumba muy española.

Esta canción y danza nº 6 quiza sea la que tiene una mayor popularidad. Según Méeus, “la melodía es típicamente catalana, preñada de lánguida tristeza y contrasta perfectamente con el ritmo sincopado de la “rumba” que figura a continuación.” Y según S. Kastner “una canción triste, lánguida de más no poder”.

En general, se interpretan seguidas cada canción y danza, hasta el extremo de que en no pocos discos incluso forman un solo corte).

Aunque se ha pretendido ver una poderosa y tardía influencia del impresionismo en esta obra, que se compuso mucho tiempo después, en opinión de Clara Janés el empleo de los elementos de raíz popular es lo que da a la obra de Mompou una apariencia impresionista. Sobre esto y en palabras de Gilbert Chase: “Muchos de los nuevos procedimientos que parecían invención de los impresionistas, eran corrientes en la música popular española (como) la tendencia a las armonías y melodías modales, la ambigüedad tonal, resultado del empleo frecuente de falsas relaciones y cadencias rotas, el uso sistemático de quintas sucesivas, las apoyaturas no resueltas, la complejidad métrica por cambios frecuentes de compás, y la simultaneidad de rítmica diferente.”

Interpreta al piano el propio compositor.

Fuente:

https://www.youtube.com/watch?v=RZeLaY3Vp54

http://www.entre88teclas.es/blogs/a-traves-del-repertorio/78-federico-mompou-canciones-y-danzas/

http://blogs.elcorreo.com/divergencias/2014/09/19/ningun-fin-de-semana-sin-musica-cancion-no-6-de-mompou/


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