martes, 13 de septiembre de 2016

246

En enero de 1879, el conocido editor musical Fritz Simrock escribió a Dvorak una carta en tono amigable diciéndole: ¿Usted me escribiría un concierto para violín? Francamente original, rico en cantinelas y para ser interpretado por buenos violinistas ... hágame saber su respuesta, se lo ruego! El compositor aceptó de muy buen grado la petición, pues había estudiado aquel instrumento y tocado el violín profesionalmente como un medio más de subsistencia. Durante el verano comenzó a trabajar en la obra y en diciembre ya estaba terminada. Gran admirador de Joseph Joachim a quien había conocido el año anterior, Dvorak le dedicó su concierto, enviándole una copia para conocer su opinión.

Violinista famoso, director de orquesta, compositor y profesor, "Herr Doktor" Joachim era una figura eminente en el mundo de la música del siglo XIX, habiendo asesorado también a Johannes Brahms y Max Bruch en la composición de sus conciertos para violín. Su respuesta fue que estaba satisfecho con las muchas auténticas bellezas de su trabajo, y sería un placer para él llevarlo a cabo. Sin embargo, más adelante comenzó a poner objeciones y a sugerir cambios importantes en la estructura musical y la orquestación, quejándose de que algunos pasajes eran "demasiado difíciles de tocar", "la orquesta... suena demasiado fuerte... "

Para medir la importancia que Dvorak concedía a la opinión del violinista baste observar las numerosas rectificaciones que hace bajo su consejo. En 1880 Dvorak escribe a Simrock: "A su demanda (de Joachim) yo he rehecho todo el concierto, sin dejar detalle, la obra entera está tomando un nuevo aspecto. A usted sin duda le complacerá, para mí ha sido un trabajo penoso".

Aún así, Joachim que era un clasicista, no estaba satisfecho. Al parecer le disgustaban detalles poco tradicionales e importantes como el inicio del primer movimiento, la falta de la "cadencia" y el paso directo al segundo y la excesiva repetición temática en el tercero. Pero Dvorak tenía sus propias ideas sobre su concierto, de modo que trancurrieron más de tres años sin que ambos se pusieran de acuerdo, sino más bien lo contrario. Con motivo de un espectáculo musical, Joachim invitó a Dvorak a visitar Berlín y allí se encontraron a un representante de la editorial Simrock que también se creyó con derecho a hacer sus propias críticas al concierto, con lo cual la paciencia del compositor se agotó, exigiendo su publicación tal como estaba.

Finalmente fue estrenado el 14 de octubre de 1883 en el Teatro Nacional de Praga, interpretado por el joven violinista Frantisek Ondricek y el compositor dirigiendo. El mismo solista también lo estrenó el 12 de diciembre en Viena y más tarde Londres. Joachim nunca llegó a tocar el concierto para violín de Dvorak, ni tampoco hizo comentarios públicos acerca del mismo.

Fue desde su estreno uno de los más famosos e interpretados a finales del siglo XIX, juntamente con el de Max Bruch, superando incluso al de Johannes Brahms, por supuesto superior a ellos, pero más difícil de tocar y asimilar por el público. Hoy en día sigue siendo una obra importante en el repertorio de violín.

La estructura del concierto es la clásica de tres movimientos rápido-lento-rápido.

En este tercer movimiento, “Finale: Allegro giocoso ma non troppo” el elemento "nacional", tan característico de la música de Dvorak, se muestra de forma muy clara, particularmente cuando el compositor recurre a dos formas típicas del foklore checo: la furiant una danza tradicional y la doumka, un canto tradicional.

Fuente:

http://classicmusica.blogspot.com.es/2012/05/dvorak-concierto-para-violin.html


(NOTA: Puedes dejar tu comentario al pie de esta página).


No hay comentarios:

Publicar un comentario

#ffe6f9 p.primeralinea { text-indent: 40px; }