sábado, 12 de marzo de 2016

212

En 1941, tras el éxito obtenido por Ginastera gracias a su ballet Panambí, op.1, que compuso durante sus años de formación en el Conservatorio Williams, Lincoln Kirstein, director de la compañía de ballet Caravan aprovecha una gira por Argentina para encargarle la composición de un ballet de temática gauchesca. Dos años después, la compañía Caravan se deshace, por lo que el ballet Estancia no encuentra quien lo estrene hasta 1952. El ballet Estancia, del que se extrae la suite homónima de 1943, está libremente basado en la epopeya nacional argentina Martín Fierro, de José Hernández, que describe la vida de los gauchos en la pampa en términos heroicos. En el ballet, un muchacho de ciudad llega a la pampa y tiene que dominar todas las habilidades atléticas de los gauchos para ganar el amor de una bella ranchera.

La Danza final (Malambo), una muestra de la exuberancia musical y rítmica del folklore argentino, tiene una característica estructura rítmica de seis compases de seis por ocho, divididos en dos grupos de tres. En este movimiento se representa una competición de baile entre los gauchos en la que gana el último que consigue mantenerse en pie. El resultado es una explosión de energía cinética, con un ritmo ostinato que va creciendo en intensidad, complejidad y tempo.

La frenética Danza final (Malambo), concluye el ballet en la mañana del siguiente día, luego de que la joven pareja ha compartido un tierno romance la noche previa. Es un malambo de pleno derecho, el cual fue tradicionalmente bailado por gauchos como una prueba de masculinidad -el ultimo que quedara parado sería declarado el ganador-. En el ballet, la danza comienza con un destellar introductorio y momentos de levantamiento con sus ritmos de danza acentuados y repetitivos, animados por los pronunciamientos de los bronces, coloridos glissandos del piano, ocasionales “ovaciones” instrumentales y una sección completa de percusión en la cual el Xilófono es prominente. Ritmos en ostinato mantienen el impulso y la tensión en las dos secciones principales del movimiento. La primera mitad se alterna entre el material desquiciado tick-tock usado como introducción, y las transiciones y una melodía de baile nervioso de las cuerdas y, eventualmente, los metales. La segunda parte es una impulsiva, discordante tocata de percusión, a veces estridente, pero siempre convincente a través de su movimiento perpetuo de propulsión. Finalmente la suite alcanzará un non plus ultra con el Malambo final, la danza favorita de Ginastera, que continuará resultando excitante por su juego entre el 3/4 y 6/8, combinado con calidez armónica de las oncenas y la instrumentación, en la cual el Pianoforte y el Xilófono colaboran eficazmente.

Fuente:

http://musicaenmexico.com.mx/suite-estancia-1941/


(NOTA: Puedes dejar tu comentario al pie de esta página).


No hay comentarios:

Publicar un comentario

#ffe6f9 p.primeralinea { text-indent: 40px; }