
Tras el fallecimiento de la reina María Bárbara de Braganza en 1758, estas fueron las palabras dedicadas a Scarlatti en su testamento:
"A Domingo Escarlati, mi maestro de música y que me ha servido con grande aplicación y lealtad, donándole 2.000 doblones en dinero y una sortija". Ambos fueron percibidos por sus herederos.
Interpreta la pieza Rafael Puyana, quien en 1993 aporta además lo siguiente:
Los primeros seis compases del fandango atribuido a Domenico Scarlatti en un manuscrito de finales del siglo XVIII e intitulado Fandango del Sgr. Scarlate constituirían un perfecto ejemplo de asimilación de antiguos elementos hispánicos son los pasos armónicos iniciales del tema de La Folía si uno estuviera dispuesto a aceptar dicha obra como indiscutiblemente auténtica. El manuscrito del fandango fue descubierto por la musicóloga Rosario Alvarez Martínez, junto con otras obras de compositores de la época de Fernando VI (José Herrando, Francisco Courcelle, José de Nebra) en una bilioteca privada en La Orotava, Islas Canarias, en 1984.
Mi opinión sobre este fandango, tengo que confesarlo, es que tal como ha llegado hasta nosotros no puede considerarse, ni mucho menos, de la mano de Domenico Scarlatti. En la escritura del Fandango del Sgr. Scarlate no están presentes ni la habilidad rítmica y melódica del napolitano ni el despliegue de su gran virtuosismo, sólo algunos trazos reminiscentes de su manera de componer. El texto es inconsistente, faltan compases (posiblemente por error de copista) y contiene giros melódicos de cuya banalidad no podría responsabilizarse al italiano los cuales, por lo demás, son de un sabor dieciochesco claramente tardío. Sin embargo, a través de esta obra se trasluce una interesante sospecha: que el Fandango del padre Soler (de cuya paternidad también algunos dudan) proviene de un linaje que se remontaría a su maestro Domenico Scarlatti. Quiero decir que considero el Fandango del Sgr. Scarlate una versión notada tardíamente por alguien con conocimientos técnicos musicales limitados, que en su momento pudo haber escuchado tocar a Scarlatti, con toda su imaginación, destreza y brillantez, una improvisación al clave sobre un tema de fandango indiano Fandango Indiano. El título confirmaría el origen de la danza. Por lo demás, aún se escucha este tipo de fandango en Veracruz, México
Es posible que haya existido un auténtico fandango de Scarlatti que no nos ha sido transmitido por un manuscrito fiel y de la época, sino por última copia de un texto alterado, simplificado y empobrecido en el transcurso de más de cincuenta años. Si el original fue de Scarlatti, hemos venido a conocerlo de la misma manera que ciertas obras maestras perdidas de la pintura han sido reveladas por copias tardías y de calidad mediocre. Por consiguiente, al intérprete tentado por la atractiva idea de ejecutar un Fandango de Scarlatti no le queda más recurso que tratar de reconstruirlo basándose en sus conocimientos de la composición scarlattiana y en función de posibilidades técnicas que se aproximen a las del clavecinista de la reina María Bárbara. Para quien intente completarlo, es imperativo seguir muy de cerca las características de la ornamentación de Scarlatti y observar los procedimientos empleados en sus obras más bellas y de reconocida autenticidad. La sospecha de un fandango auténtico de Scarlatti justificaría el delineamiento de una tradición que iría, en la música de teclado basada en esta danza, de Scarlatti al padre Soler, a la famosa Sonata en do menor del Padre José Galles, al Fandango para fuerte-piano de José Martin y al Minué Afandangado de Félix Máximo López. Fandango indiano El ritmo del fandango indiano, como hemos visto, fue posiblemente traído de la Nueva España (México) y, como la Chacona y la Sarabanda, es aporte de la conquista de América a la cultura europea. Se integra a la música española a través del folclor andaluz. Fue primero baile popular y luego cortesano hasta los reinados de Carlos IV (Fandango de Boccherini) y Fernando VII. Este ritmo sensual y fascinante se extendió a otros países de Europa y se reconoce en obras como Les Trois Mains de J. Ph. Rameau, Don Juan de Gluck y Las Bodas de Fígaro de W.A. Mozart.
Fuente: http://eltamiz.com/elcedazo/2011/05/02/historia-de-un-ignorante-ma-non-troppo%E2%80%A6-mi-patria-de-bedrich-smetana/
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